sábado, 13 de febrero de 2016

El pianista

Estamos posiblemente ante una de las mejores películas de este siglo y también de toda la historia del cine. Un filme dramático que nos traslada de lleno a la Segunda Guerra Mundial.

Su director, Roman Polanski, reconstruye a la perfección el espanto de esa época. Nos sitúa en 1939 en la Polonia recién invadida por los Nazis. Para mí es, sin duda, lo mejor de este gran director, y por cierto,  una película que le vale el Óscar a la mejor dirección.


El protagonista es Wladyslaw Szpilman (Adrian Brody), un brillante pianista judío que sobrevive a la deportación nazi hacia los campos de exterminio, deportación de la que no se libran sus familiares.
La actuación de Brody es soberbia, nos hace sentir la mezcla de sentimientos, soledad, hambre y ganas de vivir a la que se expone el personaje. Gracias a este papel ganó también el Óscar al mejor actor.

Una película con la que no te vas a dormir por mucho sueño que tengas, una montaña rusa para los sentidos a través del Holocausto nazi, Polanski transmite y mucho.

De lo último que voy a hablar es de una de las escenas finales, una de las mejores escenas del cine.
Un militar alemán encuentra a Szpilman en su escondite en una casa en ruinas pero, en vez de matarlo como había sido lo normal, le pregunta si sabe tocar el piano y consiguientemente que lo toque para él. Szpilman se pone al teclado y como uno de los mejores pianistas de la época que es, se pone a interpretar a Chopin. Brody parece que haya sido pianista en la realidad también, como clava loa gestos y los movimientos... Después el militar lo deja vivir y le ayuda a sobrevivir, objetivo que al final, consigue.

Obra maestra del séptimo arte.

Doctor Sócrates.

Puntuación: 9'5/10





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